Hasta siempre papá

Como toda adolescente correspondía pelear a muerte con mi padre, así fue, discutíamos por todo lo que sea, fútbol, política, comida, el aire, el mar, la tierra.



Con los años entendí que nuestras peleas eran la expresión de una extraña forma de afecto, nos medíamos todo el tiempo, yo quería demostrarle que era buena en lo que hacía y él me ponía la valla cada vez más alta.

Recuerdo ahora con una sonrisa, pero en ese momento casi muero de rabia, cuando entré a la Universidad de San Marcos, en un buen puesto y me contestó- ¿Qué? ¿Pensabas no entrar? ¡Eso es lo normal!!!

Bueno… pasaron los años y yo lo veía viajar siempre, se iba a hacer investigaciones sobre recursos naturales, irrigaciones, era un agrónomo de campo, y nunca se quejó de su trabajo, porque era su pasión, eso le heredé.

Y así él, el más conservador de la familia, el más rudo, el más bravo, fue el más moderno, el más comprensivo y mi mejor amigo durante una campaña electoral en la que por primera vez una candidata al congreso ponía su orientación sexual como parte de una propuesta política.

Después del golpe de la noticia, y dos días de silencio me invitó a su casa a tomar chupe de camarones, que en arequipeño significa te amo, sentó a toda mi familia y nos dijo, de aquí para adelante, así son las cosas, eres mi hija y nadie te falta el respeto.

Así fue y nos amistamos para siempre, ahora tengo la seguridad que me cuida por donde voy y es mi fuente de energía espiritual, este 25 de enero se cumple un mes de su muerte, y le digo… hasta siempre compañero!!!


Susel Paredes Piqué